COMPRÓ UNA NUEVA CASA Y ENCONTRÓ UNA SORPRESA EN EL PATIO TRASERO

La persona dueña de la casa antes que John era un amigo de él, por eso es que estaba tan firme sobre comprar la casa. La confianza entre ellos los permitía hablar sobre lo que sea que tuviese la casa, pero esa conversación nunca surgió, ya que todo estaba en perfecto estado.

Solo después de la compra fue que John se enteró sobre el rumor que le contó su amigo. Supuestamente, algo raro pasó en la casa hacía algún tiempo, específicamente en el jardín trasero.

El hecho de que la propiedad guardase un secreto era algo emocionante e inquietante a la vez. Quizás era algo bueno o solo era una mala noticia, nadie lo sabía a ciencia cierta, ya que el amigo de John nunca buscó confirmar o desmentir el rumor.

Mientras John estaba mudándose, no podía dejar de pensar en el rumor sobre lo que estaba escondido en el patio. Si algo raro pasaba en su casa, él quería saberlo.

Era sencillamente imposible olvidar el misterio escondido en el patio. Para John Sims resultaba inquietante estar en casa, mirar al patio trasero y desconocer qué era lo que este escondía. En ese momento se convenció de que resolvería el misterio, así que pidió una pala.

No obstante, pronto se dio cuenta de que una pala no sería suficiente, pues el secreto no estaba en la superficie, por lo que tendría que cavar más profundo para resolver este misterio.

Aún sin estar 100% seguro de que realmente había algo que buscar, pues solo se trataba de un rumor no confirmado por su amigo y antiguo dueño de su propiedad, John comenzó su labor de excavación. No tenía claro por dónde hacerlo, pero solo lo hizo.

Tras haber cavado varios hoyos poco profundos, se dio cuenta que el jardín ya estaba un poco dañado, por lo que se dijo a sí mismo que recuperaría el patio luego de acabar de excavar. Su jardín era relevante para él, pero no más que solventar el misterio.

Develar la verdad escondida en el patio se convirtió en la prioridad de John, pero este misterio trajo consigo muchas dificultades. Uno de ellos es el calor, el cual alcanza cifras escandalosamente altas en el verano de Tucson, Arizona.

Esto hacía que el escarbar en la tierra se hiciera algo muy engorroso. Pero no era un motivo de peso para John, quien solo quería cavar y cavar hasta conseguir lo que buscaba. La pala era su amiga y su meta era saber si el rumor era o no era cierto.

Tal y como en la guerra, el jardín del John estaba lleno de huecos que parecían trincheras o marcas de bombas. Cada hoyo le costó el sudor de su frente y muchas llagas en las manos. Pero a pesar de esto, John aún no había conseguido nada.

Viendo ese desastre y sabiendo todo el esfuerzo invertido, John comenzó a dudar sobre si era realmente cierto que algo se escondía en su patio. Era un desafío impresionante para él, pero no conseguir ni un solo indició le cansó, a tal punto que decidió para por un momento.

Cavar y cavar sin encontrar nada fue un duro golpe, por lo que John decidió hacer un poco de trabajo más inteligente y dejar a un lado la fuerza bruta. Con la idea que le surgió estaba convencido de que sería más simple conseguir resolver el misterio.

La idea era simple, buscar información sobre su propiedad. Cualquier cosa podría decirle más que los hoyos en el jardín trasero. Y de hecho, así fue. Tras una ardua investigación, John consiguió pistas.

Tucson es una ciudad muy meticulosa con sus registros, por lo que John pudo conseguir más información de la que estaba buscando. Así fue como supo el año de construcción de la casa, su historial de dueños y algunos otros datos.

Entre esos datos, estaba un permiso concedido a la compañía Whitaker Pools para que hicieran unos trabajos especiales en la propiedad. Pero eso había sido en 1961, ¡hacía más de 50 años! Pero lo más raro de todo, es que esa era una compañía de piscinas y en la casa no había ninguna piscina.

Entre los mismos registros había algunos planos y bosquejos que señalaban la propiedad, sus tamaños y una zona en específico marcada con algunos números. Y era justamente esa zona la que ahora atraía su atención, ya sabía hacia dónde mirar.

Con eso mente, hizo aún más seria su búsqueda, contratando a un equipo de profesionales para que le ayudasen a buscar eso que estaba enterrado en su casa. Él tomó su pala, ellos sus maquinas, incluyendo un buscador de metales.

COMPRÓ UNA NUEVA CASA Y ENCONTRÓ UNA SORPRESA EN EL PATIO TRASERO

INSPIRATIONJANUARY 14, 2019

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EL SONIDO DEL METAL

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Con un perímetro de búsqueda más corto, en teoría iba a ser más sencillo encontrar el secreto enterrado. Los viejos rumores estaban a punto de desecharse o reavivarse, era solo cuestión de tiempo.

Los detectores de metal se pusieron en acción, todos estaban esperando ese sonido que hacen al chocar con los metales, pero solo hubo silencio… hasta el último segundo. Cuando todos estaban a punto de rendirse hicieron un descubrimiento.

Pero el sonido era solo el inició, este solamente indicaban nuevas zonas en las cuales focalizar la atención. Como en un mapa del tesoro, encontraron la equis, ahora debían cavar nuevamente. Pero no solo había una equis, ¡sino dos!

No había un secreto, sino dos. Dos misterios a ser descubiertos. Todo tenía sentido ahora, John ya sabía que era cierta la leyenda de su casa, solo quedaba excavar para hallar lo que estaba buscando.

Con el misterio casi resuelto, solo quedaba cavar, así que John tomó nuevamente su pala y empezó a sacar tierra sin importar el clima del verano. Solo tenía que cavar hasta detectar lo que había debajo de sus dos zonas de interés.

La primera zona estaba dando algo de pelea, así que fue por la segunda y allí encontró algo rápidamente. Pronto se topó con su pala golpeando algo, un sonido que sin duda alguna era metálico. El misterio estaba por ser resuelto.

En el hoyo había unos gigantescos trozos de metal corroído por los años sin usar y bastante sucios debido a la tierra que se levantó con la excavación. Todo esto sacó un poco de contexto a John, quien no logró ver en primera instancia lo que aguardaba bajo tierra.

Pero repentinamente lo vio, los pedazos de metal no estaban puestos de forma caótica o aleatoria, sino que formaban parte de un todo: una escalera. Eso significa que había mucho más por ver, la escotilla era solo el comienzo.